Cada 22 de noviembre se celebra en todo el mundo la fiesta de Santa Cecilia, Patrona de la Música , en conmemoración del día de su nacimiento.
Yo voy a todos lados con mi radio a pilas y escuchó mi música favorita. Palito Ortega, el Club del Clan, Los Iracundos, el más grande de todos Sandro. Que lindo es levantarte y disfrutar la voz de Roberto Sanchez, el más grande. Me hace acordar mi primera noche con mi marido… mmm que lindo. Eso era buena música, no como ahora.
Hay canciónes que no entiendo cómo puede gustarle a esta gurisada, música moderna que le dicen. La que suena como un lavarropa descompuesto; creo que es música electrónica o lo hace un electrónico; sea como sea me hace doler la cabeza tanto punchi, punchi, chiqui chiqui punchi punchi… que desastre.
Recuerdo la época dorada de los “grandes artistas” de la movida tropical, por ejemplo Ricky Maravilla y su hit “Que tendrá el petizo”, por Dios que catástrofe; y pensar le pagaban para que cante. Ni hablar de Pocho la Pantera y su camperas estrafalarias y el tema “El Hijo de Cuca”. Si Santa Cecilia lo ve sufre un paro del corazón, pobrecita.
Pareciera que la consigna de hoy es hacer mala música, no entiendo cómo se puede escuchar “El beso del osito”, “El baile del koala” y “La llorona” de Mariana de Melo (por más que sea misionera no tiene perdón). Mi marido escucha todos los dìas, pero me parece que le gusta más Rocio Marengo que cómo canta, a veces me pide que yo le salte como Koala, pero mi cintura no me da para tanta acrobacia.
Todos estos temas tienen que ver con la cochinada, nada de romanticismo, me acuerdo que la primera de esta música de degenerados fue la lambada, un asco, las chicas bailando con polleritas cortas y con las patas enredadas en cualquier tipo, que barbaridad.
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