19 marzo 2012

Pasa 66 noches gratis en un hotel de lujo con la excusa de que querìa comprarlo

Los propietarios del hotel, tras firmar un precontrato, habían ordenado a la dirección del establecimiento que "le facilitaran la estancia".

Los trabajadores le trataban con la sensación de que se dirigían a su nuevo jefe. Pero la venta nunca se llegó a cerrar. La fiscalía cree que todo respondía a un plan premeditado del acusado. Vistiendo ropa cara, luciendo relojes lujosos y conduciendo coches de gama alta (siempre alquilados), simuló está en posesión de un patrimonio que no tenía.

Las dos partes llegaron a firmar un precontrato para la venta del hotel La Florida, pero la fiscalía cree que los supuestos compradores sabían perfectamente que no podrían pagar los muchos millones de euros que suponía la operación. En definitiva, el fiscal considera que todo fue un engaño para disfrutar de dos suites completamente gratis.

El acusado, por su parte, reitera que realmente pretendía comprar el hotel pero asegura que la financiación necesaria para sacar adelante el precontrato no llegó finalmente. Durante el juicio, explicó que fue el propio director del hotel quien le propuso hospedarse en una suite y que dio por entendido que, ya que no había sido él quien había pedido el cambio de habitación (los primeros días dormía en una habitación "básica"), tampoco le pedirían que la pagara. El director del hotel, por el contrario, recuerda que fue el mismo Pedro quien pidió el cambio de habitación.

Cuando las negociaciones de compra-venta del hotel se rompieron, los propietarios avisaron a la dirección del hotel que Pedro debía abandonar La Florida y debía abonar la totalidad del importe de su estancia. La factura era de 138.994 euros. Pedro y su socio Víctor emitieron entonces tres pagarés contra una cuenta corriente sin fondos. Pedro E. abandonó el hotel al día siguiente.

El acusado asegura que está dispuesto a abonar alguna otra cantidad, pero en ningún caso la cifra que pide el hotel, ya que entiende que si pernoctó tantas noches en La Florida fue por un ofrecimiento de los propietarios. "Yo vivo a 25 kilómetros de allí, si no me lo hubieran ofrecido, hubiera ido a dormir a casa".

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