20 marzo 2012

No se relajan con un cigarrillo, sino con un tweet

Según un estudio realizado por un sitio de internet yanqui, los hombres menores de 35 años prefieren escribir un mensaje en la reconocida red social antes de fumar o realizar alguna otra actividad.

Según un sondeo, el 36 por ciento de los amantes de menos de 35 años de edad suele enviar un mensaje después de la relación.

A simple vista, parecería un momento poco apropiado para twittear o chequear la cuenta de Facebook.

Así culmina la ceremonia sexual para el 36% de los encuestados que participaron de un estudio realizado por Retrovo.com, un sitio norteamericano dedicado al comercio electrónico, con sede en Silicon Valley.

Esta conducta, según el informe, se duplica entre los hombres y, aunque parezca insólito, la preferencia por determinados dispositivos electrónicos también influye. Los usuarios de iPhones, por ejemplo, son el triple de propensos a caer en esa costumbre que los adictos a su gadget rival, la BlackBerry.

En cambio, el poder de las redes sociales no llegó tan lejos para los mayores de 35. Sólo un 8 por ciento de quienes pasaron esa barrera etaria dijo haber tenido esa conducta alguna vez.

"Creo que es sólo una señal de los tiempos actuales. Un nuevo ritual. El legendario cigarrillo fue reemplazado por Internet, y para los jóvenes no es algo extraño ni distorsivo. De hecho, para ellos, su cuenta de Facebook es como su credencial de identidad social. Si no la tienen, no existen", opina el doctor Juan Carlos Kusnetzoff, director del programa de sexología clínica del Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires ( www.e-sexologia.com ).

¡A no quejarse!
Hasta el momento, el especialista confiesa que la nueva tendencia del tweet postsexo no es motivo de queja entre los pacientes que llegan a su consultorio.

"Lo que sí reclaman muchas veces, y en general no son pacientes jóvenes, es el uso adictivo de Internet antes de la relación sexual, donde la mujer espera al borde de la cama que su pareja apague la computadora, ya sea que esté chequeando mails o mirando un sitio pornográfico para excitarse", dice Kusnetzoff.

Para Adrián Heilen, psiquiatra y sexólogo del Hospital Durand ( www.concienciahumana.org ), "la escena después del orgasmo debe conservar la misma conexión que durante la relación sexual misma. El cierre debe ser íntimo, debe haber acercamiento tanto con miradas como con el contacto físico. Y si la tecnología irrumpe en ese momento, estamos frente a un rito invasivo y perjudicial".

Heilen insiste en que cuerpo y mente deben continuar conectados, disponibles para el encuentro y el disfrute de esa relación. "No se puede registrar más de una cosa a la vez, y si al finalizar una relación estoy pensando en mandar un tweet, algo no está bien", señala Heilen.

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