Entrevista a Philip Michael Thomas "La idea de la remera bajo el saco fue mía"

En un fugaz paso por la ciudad de las Cataratas, el actor coprotaginista de "Miami Vice", una de las series más famosas de los 80, nos brinda una nota imperdible.

¿Qué te trae la tierra colorada?

- Desde que la serie dejó de salir, tuve que hacer de todo. Me dedico a realizar charlas y conferencias sobre lucha contra el narcotráfico, contrabando de armas y corrupción, no sabés el laburo que tengo en la Argentina. Esta semana estoy en Iguazú, y así voy estirando.

¿Sabemos que editaste un libro?

- En cada lugar que voy lo presento, es el primero que edito y se llama "División Miami"... ya sé no me digas nada, no me maté pensando el nombre (risas)

¿Tu relación con Don Johnson era solamente laboral?

- En una época teníamos jornadas largas de grabación y luego saliamos a los boliches, pero no me gustaba salir a la noche con él, las mujeres más lindas se peleaban por quedarse con "el actor lindo", a mí siempre me tocaba bailar con la más fea. No me voy a olvidar cuando no me dejaron entrar a un boliche porque supuestamente estaba en zapatillas, pero estoy seguro que fue por el color de mi piel.

¿Tenés amigos en Hollywood?

- Tengo pocos amigos de la farándula, uno de ellos es Arnold, el de la serie "Blanco y Negro", cuando salimos juntos ahí sí levantamos minas.(risas)

¿Quién se quedo con el super auto de la serie?

- Obviamente que Don Johnson, a parte es un desagradecido, nunca me dejó manejar la Ferrari Testarossa, y eso que lo consiguió en un canje gracias al programa.

¿Viste la versión cinematográfica de "Miami Vice" con Collin Farrel?

- La verdad es un fiasco, horrible, me levanté a la mitad de la película. A parte luego de mirar a Farrel en "Alejandro Magno" haciendo de "rarito" no le quedaba el papel de rudo de mi amigo.

¿Fué tu compañero el creador de la moda de la remera bajo el saco?

- En realidad la idea fué mía, pero él nuevamente quedó bien parado. Faltaban minutos para grabar un capítulo y él estaba morfando un superpancho cuando se manchó la camisa con mostaza, se me ocurrió prestarle una remera y se la puso de mala gana. Nunca pensó que después iba a ser un ícono de los 80. Nunca reconoció mi mérito.