Por si aún no te has enterado, el 70% de las relaciones (heterosexuales) llegan a su fin porque ellas así lo deciden.
Y
motivos no les faltan, claro: cuando tu marido te pide que te disfraces
de Klingon y hables en esa lengua alienígena para despertar sus más
bajos instintos es el momento de llamar a tu abogado.
Estas son algunas de los motivos más estrambóticos alegados en los tribunales para pedir el divorcio:
1) “Mamá se viene de luna de miel”
Una
recién casada italiana pidió el divorcio en cuanto su avión pisó tierra
en Fiumiccino, después de tres semanas de luna de miel con su marido… y
la madre que lo parió.
La mujer no daba crédito cuando al llegar al
aeropuerto se encontró con su sonriente suegra, acarreando sus maletas,
encantada de participar “en nuestro viaje más romántico”.
2) “Me niego a vestirme de Klington”
La
afición por ‘Star Trek’ de su marido traspasó la línea roja de la
alcoba: una mujer británica solicitó el divorcio porque su marido
insistía en que se vistiera de Klingotn y le hablara en la lengua de esa
ficticia raza de extraterrestres abollados.Por su parte, el marido
alegó que su esposa le preparaba “maliciosamente” su plato más odiado:
guiso de atún.
3) La cotorra delatora
La próxima vez que vayas a engañar a tu pareja vigila que no haya en la casa un micrófono, una cámara oculta… o un ave parlante.
Una
mujer china se enteró de que su marido se la pegaba con otra cuando
escuchó a su cotorra repetir las palabras “divorcio”, “sé paciente” y
“te quiero”, que el infiel decía por teléfono a su amada.
Lejos de ser paciente, la cornuda esposa exigió el divorcio.
4) Comunicación conyugal vía Post-it
El
muro de metacrilato que no dejaba “vernos ni manosearnos” a Kiko Veneno
y a su amada era apenas un papel de celofán comparado con la tortura de
incomunicación a la que fue sometida una mujer inglesa, cuyo marido
dejó de dirigirle la palabra durante 15 años y sólo se comunicaba con
ella mediante Post-its.
Tardó en reaccionar, sí, pero finalmente pidió el divorcio.
5) “¡Deja ya de limpiar!”
Las mujeres suelen quejarse de que los hombres no limpiamos y “tenemos la casa como una pocilga”.
En el caso de esta mujer alemana el motivo era el opuesto: su marido era un obseso de la limpieza.
Su manía llegó al paroxismo cuando hizo derribar una pared y volver a reconstruirla porque “estaba demasiado sucia”.
No había caído el último ladrillo del muro cuando la esposa estaba en el juzgado, pidiendo el divorcio.
6) “¿Que me quite el velo? ¡Tú lo que eres es un depravado!”
Una
mujer saudita pidió el divorcio después de que su marido intentara
quitarle el velo para verle la cara (después de varios años de
matrimonio, preguntándose qué pinta tendría su esposa).
La mujer pertenece a una minoría que oculta su cara no sólo ante otros hombres sino ante su propio marido e hijos.
7) “¡Deja un canal de una #%&@Ç* vez!”
Después de la custodia de los churumbeles, la gran lucha que se desata en un hogar es por el control del mando a distancia.
Una
sentencia de divorcio del Reino Unido describe una de estos conflictos
de baja intensidad: “El marido tomaba el control del mando a distancia
de la TV , cambiando indefinidamente de canal sin parar en ninguno de
los que pedía la demandante”.
8) “Mi marido es un alienígena”
Quien
a marcianos mata, a marcianos muere. El periodista David Icke, famoso
en los círculos conspiranoicos por denunciar la presencia de reptiles
extraterrestres entre la elite mundial, recibió una demanda de divorcio
de su esposa, Pamela Leigh Richards, en la que ésta sospechaba que su
marido era en realidad “un reptil extraterrestre”.
9) “¡Envido esposa!, ¡órdago!”
Dicen los musolaris expertos, que el “órdago” del mus significa jugarse todo: el caserío, las vacas y la mujer.
Eso
es lo que hizo el ruso Andrei Karpov en una partida de cartas –más bien
de póker- en la que apostó, y perdió, a su mujer, Tatiana.
Para el desconcierto de Karpov, la mujer solicitó el divorcio y se fue con el ganador de la partida.
Tatiana no iba de farol, no.
10) “Me mintió sobre su edad”
No
todo el monte es orgasmo. También hay hombres que se aventuran a pedir
el divorcio por motivos nimios, estrambóticos y absurdos.
Es el caso
de un hombre chino quien, después de diez años de casado, descubrió que
su mujer era seis años más mayor de lo que creía.
Cuando se casaron, la mujer le dijo tener 24 años, cuando en realidad tenía 30. Que la detengan, que es una mentirosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario