Harvey, de 32 años, cumplió ante el agente al pie de la letra, muy a su pesar, el dicho de que si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma, aunque se resistió a ello, ya que echó a correr por la casa para evitar ser detenido. Finalmente, sin embargo, el policía le atrapó y le condujo a comisaría.
Los hechos ocurrieron en la localidad inglesa de Ipswich. El ladrón se declaró culpable de intento de robo, y se lamentó de la “mala suerte” que tuvo al elegir, entre todos los blancos posibles, el domicilio del agente que tan bien le conocía. Fue condenado a tres años de prisión.
Según publicó el Daily Mirror, Harvey, con problemas de adicción con las drogas, es un delincuente tan habitual que ha pasado ya por los tribunales en 39 ocasiones. Cuando fue detenido por última vez acababa de cumplir, apenas dos semanas antes, 30 meses de prisión por otro robo.
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